miércoles, 4 de mayo de 2011

LA RÉMORA

Me impresionó la primera vez que conocí la famosa cita de Federico García Lorca “en Granada se agita la peor burguesía de España”, en muchas ocasiones después he recordado esas palabras.
Resulta fácil identificar a los herederos ideológicos de esa burguesía, ahora ya arropados por una democracia conseguida por todos, los que se creen portadores de “las esencias granadinas” y los únicos capaces de dirigir la ciudad.
Esa derecha actual de amplio espectro, como se sabe en el PP hay demócratas y moderados conviviendo con extremistas y exaltados que a duras penas aceptan las normas mínimas que garantizan las reglas del juego democrático.
Hoy ( ayer para ustedes) en el Senado, por segunda vez en dos semanas, se usa la mentira para intentar echar del poder a quién durante muchos años lo ha conseguido de forma legítima, y todo vale, a quién le importa si se debilita a Caja Granada, si con ello se sacan réditos políticos.
Siempre dispuestos a boicotear todo para desgastar a quienes gobiernan en la Junta o en el Gobierno de España: el metro, el Parque de las Ciencias, el Milenio, Cetursa , los vuelos internacionales, la Alhambra, el tren de alta velocidad, la A7 ,o lo que sea, que aún siendo necesario para la ciudad les pueda reportar unos poquillos de votos recabados con el agravio y el victimismo. Todo les vale con tal de que sean ellos los que detenten el poder, todo hasta lo que hace daño al conjunto de la ciudadanía y aunque perjudique a Granada.
Mientras otras ciudades gobernadas por su partido, por ejemplo Málaga, avanza en inversiones, en museos, en infraestructuras y en progreso y desarrollo económico, en definitiva.
A pesar de su insolencia, el PP en el Ayuntamiento de Granada ha realizado una nefasta gestión económica que ha conducido a la ciudad a una ruina económica llevando a pequeñas y medianas empresas prestadoras de servicios municipales a su destrucción, con el consiguiente coste en empleos y en tejido empresarial y el deterioro de servicios públicos tan importantes como la limpieza, el transporte o la conservación de nuestros espacios verdes. Sólo empresas afines se han salvado (algunas tan cercanas como que eran propiedad de algún edil del PP), así el dinero recibido por parte de los planes de inversión de la Junta o del Gobierno de España se ha adjudicado a esas empresas “próximas” en lugar de repartir esos contratos de una manera equitativa entre las empresas granadinas.
El despilfarro más propio de nuevos ricos que de gestores públicos que ha invertido cantidades astronómicas en algunas calles del centro o en la televisión municipal, se contrapone a la escasez de inversiones en los barrios más necesitados de la ciudad. Además debemos añadir a estos desastres la “aparición” de más de siete millones de euros de facturas impagadas que no están en la contabilidad oficial municipal. El comportamiento político del PP de Granada está contaminado de provincianismo, de clasismo, de clientelismo, de arrogancia y, desgraciadamente, en su gestión pública lo demuestran cada día, pero lo peor es su incapacidad de anteponer los intereses de la ciudad a sus intereses partidarios, son una auténtica rémora para Granada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno, señora Escudero, el problema de Granada quizás sea el desembarco de personas como usted, que vienen desde Sevilla salvando a Granada, y nada más y nada menos que en el puesto número 2 de la lista del Sr. Cuenca. Granada necesita a granadinos, no a salvadores de tres al cuarto. Cuando leo artículos como el suyo, créame, no tengo la más mínima duda de que ha llegado la hora de que se alejen de Granada, pues detrás de su escasez de talante democrático, incapaz de entender la pluralidad humana, insultando hasta desgarrar la carne del adversario político, de la derecha granadina (a la que yo no pertenezco), no me cabe duda de que ustedes no deben jamás gobernarnos. Necesitamos gente honesta que ponga del hombro conjuntamente con otros granadinos (incluso de diferente ideología). Usted no nos vale.