martes, 23 de octubre de 2007

LOS COLORES DE LA CARNE.

El Museo Guerrero de Granada es un pequeño gran museo gestionado por la Diputación de Granada y muy bien dirigido por Yolanda Romero. En él se exhiben además de su colección permanente sobre José Guerrero, diferentes exposiciones temporales de gran calidad que traen lo mejor del arte contemporáneo a nuestra ciudad, la ubicación en el entorno de la Catedral granadina y la calidad arquitectónica del edificio contribuyen a convertirlo en una de las instituciones culturales más valiosas de la ciudad.
Con el nombre de “Los colores de la carne”en el Guerrero de Granada se está presentando una exposición de fotografías compuesta por obras de ocho grandes fotógrafas sobre el tema de la prostitución .Es una muestra que aúna una gran calidad artística con un fuerte compromiso social.
Durante más de un año he formado parte junto a Lourdes Muñoz (en nombre del grupo parlamentario socialista) de la Ponencia para el estudio de la situación de la prostitución en España que se creó en el seno de la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer en el Congreso de los Diputados. Los trabajos concluyeron después de estudiar documentos y trabajos y atender las exposiciones de más de cincuenta comparecientes entre expertos e instituciones que trabajan con la realidad de la prostitución en nuestro país. Al conocimiento de un fenómeno complejo y desconocido que está afectado por la globalización económica y su impacto en los países empobrecidos, se añadía el posicionamiento “previo” de los distintos grupos políticos reflejo de las discencias sobre el tema en el seno del movimiento feminista.
Cuando se abordan los posicionamientos sobre la prostitución se simplifican limitando las posturas al abolicionismo por un lado y a la regularización por otro, por encima de matices y opciones mixtas.
La realidad mientras tanto es que existen en nuestras carreteras lugares en los que miles de mujeres extranjeras (de países pobres) están ejerciendo la prostitución en condiciones inhumanas y sometidas a la crueldad de las mafias y los prostituidores.
En el debate se contraponen los argumentos sobre el reconocimiento de “derechos” y los defensores de un modelo de sociedad donde no pueden “caber” prácticas contrarias a los derechos humanos y a los valores constitucionales de libertad e igualdad.
Los trabajos de la Ponencia han servido para conocer la situación y de acuerdo con nuestra función parlamentaria proponer al Gobierno que aborde con todo rigor y fortaleza la situación de la prostitución en nuestro país.
El Estado tiene que combatir con todas sus armas la explotación sexual de la que están siendo víctimas miles de mujeres y niñas en nuestro país y, sobre todo, proteger a las víctimas y por ello la Ponencia ha instado al Gobierno a que elabore, presente y ejecute un Plan contra la explotación sexual que verá la luz próximamente.
He querido compartir con quienes leáis estas líneas la emoción que me han producido esas fotografías que reflejan sin moralismos y con frialdad la sordidez de la exhibición de los cuerpos de las mujeres expuestos como mercancías en “el mercado del sexo”.
Es este un ejemplo del arte cumpliendo la función social de denunciar, de mostrar una realidad, de hacerla visible.
Otro buen ejemplo es la película “Promesas del este” del director canadiense David Cronenberg que se exhibe en las salas estos días y que nos acerca a las mafias rusas.
La exposición y la película nos abren los ojos para que miremos lo que no estamos dispuestos a ver.

martes, 2 de octubre de 2007

¿CATÁSTROFES NATURALES?

Hace unos días algunas zonas de nuestro país, en concreto del sureste peninsular, se vieron azotadas por fuertes lluvias que han causado grandes daños humanos y materiales en infraestructuras públicas y privadas y en la agricultura.
La fuerza de la naturaleza irrumpe en la actividad humana evidenciando con su potencia que siempre estamos expuestos a riesgos, y que somos vulnerables.
El respeto a la naturaleza forma parte del acervo cultural, pero en los tiempos presentes se da la espalda a la protección frente a determinados peligros y se sustituye por el desarrollismo y el consumismo hasta de nuestro propio paisaje.
Cuando pocas horas después de las riadas visité con compañeras /os del Grupo Parlamentario Almuñecar y Padul, vimos los lugares más dañados, hablamos con personas afectadas y compartimos con ellas la desolación por lo ocurrido y el miedo por lo que pudo ser peor.
En todas las conversaciones estaba, inevitablemente presente, si algo de lo ocurrido pudo haberse evitado y la coincidencia en que los mayores daños se han producido como consecuencia de construir en cauces y ramblas obstaculizando el curso de la naturaleza.
La creciente inquietud social respecto a las políticas urbanísticas inadecuadas está relacionada con la especulación del suelo y los delitos asociados, pero no somos lo suficientemente conscientes de que lo que está en juego es mucho más que eso, es nuestra propia vida, el escenario de nuestra experiencia humana, nuestro paisaje y nuestra identidad.
La sostenibilidad en las políticas ambientales y urbanísticas es un ejercicio de prudencia colectiva para detener la destrucción de nuestro hábitat y para reparar, en lo posible, el daño ya causado.
No es Almuñecar, como tampoco lo son muchos otros pueblos y ciudades, un ejemplo de urbanismo razonable y ojalá que esta terrible experiencia sirva para reconducir algunos de los descabellados planes de su alcalde.
Este verano estuve de vacaciones en Grecia, dos días después de nuestro regreso ocurrieron los terribles incendios. Cuando veía las imágenes de bosques destruidos, la amenaza sobre el patrimonio cultural y el pánico en las caras de sus habitantes, no podía dejar de pensar en el comportamiento de las instituciones griegas para abordar la terrible catástrofe que llegó a cobrarse numerosas vidas. Tanto la opinión pública como la prensa internacional denunciaron la poca capacidad del Estado para dar respuesta a la gravísima situación.
En las democracias avanzadas el estado debe hacer real el derecho a la seguridad personal y colectiva protegiendo a la ciudadanía frente a las amenazas y riesgos que se derivan de fenómenos naturales y debe dar una respuesta adecuada en situaciones de emergencia.
El sistema de protección civil en el que el voluntariado tiene un importante papel, tiene en nuestro país una larga y exitosa experiencia .Las administraciones también de acuerdo con sus competencias ejercen de prestadoras de ayudas a los afectados con objeto de paliar los daños, aunque muchos de ellos sean irreparables.
El Grupo Parlamentario Socialista de Granada en sendas iniciativas instó al Gobierno a poner en marcha los mecanismos que están previstos en nuestro ordenamiento jurídico para ayudar a las personas y localidades afectadas.
Todas las instituciones provinciales, Junta de Andalucía, Gobierno de España y Diputación, representadas por sus máximos responsables acudieron a los lugares afectados para iniciar los trabajos de evaluación y disponer de los instrumentos necesarios. Los Ayuntamientos afectados reclamaban la declaración de emergencia para sus municipios.
Y el viernes 28 de Septiembre el Consejo de Ministros aprobó la orden para la aplicación del decreto de emergencias.
A los poderes públicos les corresponde actuar con diligencia y eficacia para remediar en lo que le es propio el daño causado en catástrofes de esta naturaleza.
Pero también es su responsabilidad prevenirlas poniendo en marcha, de forma enérgica, los mecanismos necesarios legislando y ejecutando políticas públicas respetuosas con el medio ambiente y el paisaje natural y urbano.