sábado, 6 de marzo de 2010

BEIJING+ 15

En estos momentos se está celebrando en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, el cincuenta y cuatro período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer.
Es verdad, que cada año en los primeros días de Marzo se celebra esta reunión que convoca a países y organizaciones no gubernamentales para evaluar los avances que se están produciendo en relación con la incorporación del enfoque de género en las políticas públicas y el empoderamiento de las mujeres en el mundo, pero el encuentro de este año tiene una especial relevancia debido a que se celebra el decimoquinto aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing y, además, para nuestro país también es un año especial porque no sólo comparecemos en la ONU como país sino que lo hacemos en representación de la Unión Europea asumiendo la Presidencia de turno y presentando ante el mundo los objetivos que en materia de igualdad están recogidos en el Tratado de Lisboa al otorgar carácter vinculante a la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
En este encuentro nuestro país, una vez más, es un referente internacional en relación a las políticas de igualdad tanto por las leyes aprobadas, Ley Integral contra la Violencia de Género o la Ley de Igualdad, como por el liderazgo ejercido por la Ministra Aído a la hora de establecer objetivos y prioridades para hacer que la igualdad entre mujeres y hombres sea una realidad.
En el encuentro se están poniendo sobre la mesa los avances que son muchos y también los obstáculos y amenazas que se deben enfrentar.
Entre los avances se ha destacado la cada vez mayor presencia de mujeres en los puestos de decisión, aunque sólo siete países tienen más de un treinta por ciento de mujeres en sus parlamentos, y entre los problemas más graves la feminización de la pobreza y la violencia de género.
Así en su intervención ante el Plenario de NNUU, la Ministra ha manifestado la preocupación por la crisis y como está teniendo repercusiones distintas en las mujeres y los hombres y los efectos negativos posibles en los avances logrados hasta ahora en materia de igualdad en el ámbito laboral, por lo que las medidas que se desarrollen para enfrentar la crisis han de contener siempre un análisis del impacto diferenciador en hombres y mujeres.
En el cambio de modelo económico que necesariamente debemos abordar el papel de las mujeres es fundamental, no sólo por las capacidades que ellas pueden aportar, son mayoría entre las titulaciones universitarias, el sesenta por ciento, y con mejores resultados académicos, sino porque no estamos en condiciones de desperdiciar ese potencial de talento e innovación. Dicho de otra manera la incorporación de las mujeres en condiciones de igualdad en el desarrollo económico es una cuestión de justicia pero es sobre todo una condición para la eficiencia económica y para la sostenibilidad social.

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