miércoles, 27 de julio de 2011

¿Y GRANADA, CÚANDO?

A propósito de la nominación de San Sebastián como “ciudad europea de la cultura” y las numerosas protestas porque se desestimara la designación de Córdoba, es inevitable pensar cómo es que una ciudad como la nuestra ni siquiera ha tenido opción hasta el momento. Conseguir el nombramiento es el reconocimiento de un trabajo, de un modelo, de una trayectoria, que siempre y en todos los casos se lidera desde los ayuntamientos de las ciudades participantes.
Me temo que además del Premio de Poesía desde el Ayuntamiento en materia de Cultura todo o casi todo es banalidad y fuegos fatuos, cuando no improvisación y jugar al despiste con el eterno juego de arrojar la responsabilidad de lo que falta a la Junta, sin la cual por cierto el panorama cultural de Granada sería un erial.
Granada según estudios de la Consejería de Turismo es la cuarta provincia en número de visitas de las provincias andaluzas y lo que más aprecian nuestros visitantes son nuestros valores culturales y en lo que peor puntuamos es en información, por ello es urgente plantearse una estrategia global que fije a nuestro destino el turismo cultural que es exigente y de calidad, y que podría beneficiar a Granada no sólo desde el punto de vista económico, sino también mejorando la vida de quienes en ella vivimos.
Además de la falta de criterio y de planificación en la programación cultural es necesario plantearse un proyecto de “ciudad cultural“porque nuestro patrimonio nos lo permite y estamos en condiciones optimas de poder optar a ese modelo, para ello hay que abandonar las veleidades y desde el Ayuntamiento preocuparse de fomentar la relación de la Alhambra con la ciudad, cuidar y proteger el Albaicín, cualificar el centro histórico. Está durmiendo el sueño de los justos la propuesta de último gobierno municipal socialista de pedir la ampliación de Declaración de Patrimonio Mundial a la Granada Barroca y Renacentista, desde entonces tenemos amenazada la de la Alhambra y el Albaicín por el abandono de este último. Urge por tanto en vez de confrontar con la Junta ponerse de acuerdo para proteger nuestro patrimonio histórico y cultural, mientras tanto es necesario limpiar nuestras calles de pintadas, recuperar las viviendas vacías y trabajar con el comercio para seguir manteniendo vivo nuestra ciudad y que no se convierta en un mero escenario.
Es igualmente importante definir y planificar los usos de edificios y monumentos y trabajar en coordinación con todas las administraciones para convertir el Convento de la Merced en el Museo de Granada.
Claro que además debemos seguir apostando por el Teatro de la ópera y el Centro Lorca, pero sobre todo hay que apoyar a creadores y artistas para que la cultura viva de Granada tenga todo el apoyo institucional que necesita.
La cultura no es entretenimiento, es un derecho constitucional, en nuestro caso, además, es una seña de identidad y un eje de nuestro desarrollo. Es evidente que la falta de criterio y ambición de la política cultural del PP en el ayuntamiento no está a la altura de las necesidades de Granada.

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