Asistí la semana pasada, en Logroño, al funeral de Estado por los servidores públicos José María Galera Córdoba y Abraham Leoncio Bravo Picallo , capitán y alférez de la Guardia Civil que fueron asesinados junto con su intérprete Ataollah Taefik Alili en la Base Española de Qala-i-Naw en Afganistan. El escenario, el patio del acuartelamiento al que pertenecían, es humanamente insoportable, compartes el dolor de las familias, de los amigos, de los compañeros. Las emociones vivas, apenas contenidas. Indignación, estupor ,una primera fase del duelo que hay que atravesar. Inmediatamente buscar un sentido, dentro del más absoluto de los sinsentidos que es el asesinato, supongo que para intentar procurarse un consuelo momentáneo.
Recordé la prohibición que los talibanes impusieron al derecho a la educación de las mujeres, acudió a mi memoria un dato, de las mil escuelas que la insurgencia había destruido, más de 800 eran de niñas. Los atentados del terrorismo islamista acudieron a aumentar mi amargura.
Una punzada de pudor te sorprende y reprocha que analices, que intentes conocer para poder aceptar lo que ha ocurrido, en esa situación de dolor extremo. Más aún, recuerdas que más de 90 militares españoles han fallecido en Afganistán desde que comenzó nuestra participación en la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad, hace ya casi nueve años
Más tarde, ya compartiéndolo con ustedes, sigo pensando en ellos y en sus familias y en lo que hacemos en Afganistán.
Repensé las razones por las que estamos en Afganistán. Lo sé, lo sabe toda España, fuimos a petición de las Naciones Unidas y de los propios afganos , mediante Resolución 1386 que mandata a los 43 países que conforman la ISAF a apoyar al Gobierno Afgano en el mantenimiento de la seguridad y la reconstrucción de su país, además de contribuir a la formación de las fuerzas armadas y de seguridad afganas. La comunidad internacional intervino en Afganistán porque 20 años de conflicto lo habían convertido en el quinto país más pobre de la tierra y se había instaurado un régimen atroz que violaba los derechos humanos y daba cobijo al terrorismo.
Lo ha explicado en sede parlamentaria muchas veces la Ministra Chacón nuestra misión tiene su razón de ser en que España es un miembro responsable de las NNUU; de la Alianza y de la Unión Europea. Estamos comprometidos en la lucha contra el terrorismo y con los derechos humanos y la reconstrucción de Afganistán. También ha reconocido que “es una misión de alto riesgo, la más compleja y arriesgada de todas en las que han participado las tropas españolas”, de imposición de la paz en un escenario de violencia, devastación y conflicto. Y tal como ella misma dijo “el hecho de que la misión sea más peligrosa no la vuelve menos necesaria”
El trabajo desarrollado por nuestro país en las provincias de Herat y Badghis tanto por parte de la Cooperación Española como por las Fuerzas Armadas está haciendo posible la escolarización de seis millones de niños de los que un tercio son niñas. Ellas y nosotros honramos a quiénes les ha costado la vida.
miércoles, 1 de septiembre de 2010
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1 comentario:
Debemos de estar orgullosos de la labor que ejerce nuestro ejercito y decir también que esta es una misión de paz no de guerra como fué la de Irak. Un saludo.
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