Mientras todos vivíamos la alegría de la final del Mundial de fútbol, en nuestras costas, aquí en Motril, la tragedia de la inmigración se ha cobrado al menos cinco vidas humanas. Detrás de cada una de esas personas, sólo está el anhelo de una vida mejor y ahí se ceban las mafias que trafican con estas personas. Uno de los fenómenos criminales más lucrativos y mejor adaptado a la realidad transnacional: mafias internacionales que trafican con armas, drogas o seres humanos.
Hay que tener cuidado y no mezclar la política migratoria sostenible, integral e integradora, con la inmigración clandestina y, sobre todo, con la trata de personas. En España hay 4,5 millones de residentes extranjeros, más de 2 millones comunitarios. Recientemente en nuestro país se ha llevado a cabo una reforma de la Ley de Extranjería, que es de hecho una ley de inmigración, que busca más integración para una mejor convivencia adaptando nuestra legislación a la común de la Unión Europea y que cree en el acogimiento según nuestra capacidad y la mejora de los derechos de las personas inmigrantes.
Por responsabilidad debemos luchar contra la inmigración irregular mejorando los controles transfronterizos y aumentando la eficacia en los procedimientos de expatriación.
Pero, sobre todo, tenemos que luchar contra quienes se lucran con la explotación de esas personas. Por eso, en la reciente reforma del Código Penal se ha tipificado un nuevo delito de la trata de personas cuando la finalidad sean trabajos forzados, explotación sexual y extracción de órganos, y se crean las figuras de organización y grupo criminal.
La lucha contra la trata de seres humanos se articula sobre las llamadas tres ‘P’: protección a las víctimas, persecución de los traficantes y prevención, trabajando con los países de origen, de tránsito y de destino y, sobre todo, sensibilizando a la comunidad internacional sobre lo que ya la ONU llama la esclavitud del siglo XXI.
Según la oficina de Naciones Unidas contra la droga y el delito en Europa hay 140.000 mujeres esclavizadas en la prostitución. Son en su mayoría mujeres y chicas que han sido engañadas, o incluso vendidas por familiares o amigos en sus países de origen para ser prostituidas bajo coacción en Alemania, Holanda o España. Según el mismo informe, el negocio criminal de la trata mueve al menos 2.500 millones de euros y crea 70.000 nuevas víctimas al año.
La semana pasada, en Oslo, con ocasión de la Sesión Anual de la Asamblea Parlamentaria de la Organización para la Seguridad y Cooperación Europea presenté en nombre de la Delegación Española una iniciativa parlamentaria para que los 56 países integrantes impulsaran la lucha contra la trata de personas con fines de explotación sexual. Tuve ocasión de contar el desarrollo del Plan que en España estamos desplegando desde 2008 y que durante el año 2009 ha permitido identificar a 1.300 víctimas, la detención de 726 personas y la actuación contra 158 grupos criminales. Quiero pensar que ayudará a evitar desgracias como la del sábado en las costas de Motril.
sábado, 17 de julio de 2010
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1 comentario:
Es un grán problema al cual hay que tratar con urgéncia lo mismo que la violencia de género.Dos grandes problemas los cuales tienen que ver con personas no con animales. Un saludo.
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