El Museo Guerrero de Granada es un pequeño gran museo gestionado por la Diputación de Granada y muy bien dirigido por Yolanda Romero. En él se exhiben además de su colección permanente sobre José Guerrero, diferentes exposiciones temporales de gran calidad que traen lo mejor del arte contemporáneo a nuestra ciudad, la ubicación en el entorno de la Catedral granadina y la calidad arquitectónica del edificio contribuyen a convertirlo en una de las instituciones culturales más valiosas de la ciudad.
Con el nombre de “Los colores de la carne”en el Guerrero de Granada se está presentando una exposición de fotografías compuesta por obras de ocho grandes fotógrafas sobre el tema de la prostitución .Es una muestra que aúna una gran calidad artística con un fuerte compromiso social.
Durante más de un año he formado parte junto a Lourdes Muñoz (en nombre del grupo parlamentario socialista) de la Ponencia para el estudio de la situación de la prostitución en España que se creó en el seno de la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer en el Congreso de los Diputados. Los trabajos concluyeron después de estudiar documentos y trabajos y atender las exposiciones de más de cincuenta comparecientes entre expertos e instituciones que trabajan con la realidad de la prostitución en nuestro país. Al conocimiento de un fenómeno complejo y desconocido que está afectado por la globalización económica y su impacto en los países empobrecidos, se añadía el posicionamiento “previo” de los distintos grupos políticos reflejo de las discencias sobre el tema en el seno del movimiento feminista.
Cuando se abordan los posicionamientos sobre la prostitución se simplifican limitando las posturas al abolicionismo por un lado y a la regularización por otro, por encima de matices y opciones mixtas.
La realidad mientras tanto es que existen en nuestras carreteras lugares en los que miles de mujeres extranjeras (de países pobres) están ejerciendo la prostitución en condiciones inhumanas y sometidas a la crueldad de las mafias y los prostituidores.
En el debate se contraponen los argumentos sobre el reconocimiento de “derechos” y los defensores de un modelo de sociedad donde no pueden “caber” prácticas contrarias a los derechos humanos y a los valores constitucionales de libertad e igualdad.
Los trabajos de la Ponencia han servido para conocer la situación y de acuerdo con nuestra función parlamentaria proponer al Gobierno que aborde con todo rigor y fortaleza la situación de la prostitución en nuestro país.
El Estado tiene que combatir con todas sus armas la explotación sexual de la que están siendo víctimas miles de mujeres y niñas en nuestro país y, sobre todo, proteger a las víctimas y por ello la Ponencia ha instado al Gobierno a que elabore, presente y ejecute un Plan contra la explotación sexual que verá la luz próximamente.
He querido compartir con quienes leáis estas líneas la emoción que me han producido esas fotografías que reflejan sin moralismos y con frialdad la sordidez de la exhibición de los cuerpos de las mujeres expuestos como mercancías en “el mercado del sexo”.
Es este un ejemplo del arte cumpliendo la función social de denunciar, de mostrar una realidad, de hacerla visible.
Otro buen ejemplo es la película “Promesas del este” del director canadiense David Cronenberg que se exhibe en las salas estos días y que nos acerca a las mafias rusas.
La exposición y la película nos abren los ojos para que miremos lo que no estamos dispuestos a ver.
Con el nombre de “Los colores de la carne”en el Guerrero de Granada se está presentando una exposición de fotografías compuesta por obras de ocho grandes fotógrafas sobre el tema de la prostitución .Es una muestra que aúna una gran calidad artística con un fuerte compromiso social.
Durante más de un año he formado parte junto a Lourdes Muñoz (en nombre del grupo parlamentario socialista) de la Ponencia para el estudio de la situación de la prostitución en España que se creó en el seno de la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer en el Congreso de los Diputados. Los trabajos concluyeron después de estudiar documentos y trabajos y atender las exposiciones de más de cincuenta comparecientes entre expertos e instituciones que trabajan con la realidad de la prostitución en nuestro país. Al conocimiento de un fenómeno complejo y desconocido que está afectado por la globalización económica y su impacto en los países empobrecidos, se añadía el posicionamiento “previo” de los distintos grupos políticos reflejo de las discencias sobre el tema en el seno del movimiento feminista.
Cuando se abordan los posicionamientos sobre la prostitución se simplifican limitando las posturas al abolicionismo por un lado y a la regularización por otro, por encima de matices y opciones mixtas.
La realidad mientras tanto es que existen en nuestras carreteras lugares en los que miles de mujeres extranjeras (de países pobres) están ejerciendo la prostitución en condiciones inhumanas y sometidas a la crueldad de las mafias y los prostituidores.
En el debate se contraponen los argumentos sobre el reconocimiento de “derechos” y los defensores de un modelo de sociedad donde no pueden “caber” prácticas contrarias a los derechos humanos y a los valores constitucionales de libertad e igualdad.
Los trabajos de la Ponencia han servido para conocer la situación y de acuerdo con nuestra función parlamentaria proponer al Gobierno que aborde con todo rigor y fortaleza la situación de la prostitución en nuestro país.
El Estado tiene que combatir con todas sus armas la explotación sexual de la que están siendo víctimas miles de mujeres y niñas en nuestro país y, sobre todo, proteger a las víctimas y por ello la Ponencia ha instado al Gobierno a que elabore, presente y ejecute un Plan contra la explotación sexual que verá la luz próximamente.
He querido compartir con quienes leáis estas líneas la emoción que me han producido esas fotografías que reflejan sin moralismos y con frialdad la sordidez de la exhibición de los cuerpos de las mujeres expuestos como mercancías en “el mercado del sexo”.
Es este un ejemplo del arte cumpliendo la función social de denunciar, de mostrar una realidad, de hacerla visible.
Otro buen ejemplo es la película “Promesas del este” del director canadiense David Cronenberg que se exhibe en las salas estos días y que nos acerca a las mafias rusas.
La exposición y la película nos abren los ojos para que miremos lo que no estamos dispuestos a ver.
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