La derrota electoral del PSOE el pasado domingo exige en primer lugar reconocer que hemos perdido, o lo que es lo mismo, que no hemos hecho bien las cosas, o que no hemos sabido explicarlas. Y, de forma inmediata realizar un riguroso análisis que permita tomar las decisiones necesarias para recuperar la confianza de la ciudadanía. Además debemos hacerlo con humildad, autocrítica y realismo.
Antes de intentar compartir con ustedes algunas reflexiones mediadas todavía por la cercanía, me gustaría agradecer el apoyo de quienes han seguido confiando en nosotros y felicitar al PP por su triunfo.
El partido socialista ha perdido un millón y medio de votos, sólo un tercio de ellos los ha ganado el PP y una minoría IU y UPyD, la mayoría de ellos han sido votos en blanco.
Muchos son los factores que han influido en nuestra derrota electoral, seguramente la desazón y la desesperanza de quienes están sin empleo sea el más determinante de ellos. La gestión de la crisis económica que nos obligó a realizar unos durísimos ajustes en mayo pasado para evitar que nuestro país fuera intervenido por la Unión Europea nos ha alejado de nuestro electorado, que ha visto la imposibilidad de que la política gobierne a la economía tal como siempre hemos propuesto desde la izquierda. Peor aún, son los que menos tienen los que han sufrido las consecuencias de esos ajustes a pesar del esfuerzo realizado en políticas sociales para mantener la cohesión social.
Comprendo, aunque me duela, a quienes dicen que la protesta de los indignados no es la causa de la derrota del PSOE, sino su consecuencia.
La aparición del llamado movimiento 15M( con toda su pluralidad y complejidad) reclamando más democracia y una política que responda de forma clara a la satisfacción de las necesidades humanas, estoy convencida de que es una vindicación de esos jóvenes reclamando más políticas de izquierdas y sobre todo otra manera de hacer política.
Ha fallado la socialdemocracia, al menos no ha estado a la altura de lo que esperamos de ella. Por tanto, creo necesario un replanteamiento en profundidad del fondo y de las formas con que hacemos política los y las socialistas, eso pasa por reconocer nuestras equivocaciones, por instar a la socialdemocracia en Europa y en el mundo a que no se pliegue a las exigencias del mercado y a exigir regulaciones y controles. Para ello debemos fortalecer nuestros valores, ya que ahora más que nunca son necesarios para construir alternativas realistas y posibles que den satisfacción a las necesidades de las personas, al interés colectivo y que permitan seguir corrigiendo las desigualdades, territoriales, sociales y culturales.
Debemos hacerlo cuanto antes con o sin primarias, pero ya, porque la política tiene que estar al servicio de la ciudadanía y todo el tiempo que perdamos en autocontemplarnos se lo estamos quitando al que debemos dedicar a resolver los problemas de la gente, que es nuestra razón de ser.
miércoles, 25 de mayo de 2011
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1 comentario:
Para hacer "más y mejor política" se debería haber apoyado la candidatura de Carme Chacón, la primera mujer que en la historia de España podría haber optado a encabezar el partido, independientemente de los resultados. La magnífica política de género que hasta el momento ha llevado a cabo el gobierno se pone en tela de juicio al ver la mesa de los barones que han impuesto a dedo a su candidato "b/varón". Y, de camino, se ha dinamitado la imagen de democracia interna del partido en el peor momento.
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